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Microponencia del grupo Albo en el encuentro de Arcos de la
Frontera.
(Publicado en Educación y Biblioteca)
El objetivo de nuestra
microponencia fue introducir el debate sobre las condiciones
necesarias para que la narración se lleve a cabo satisfactoriamente.
Por ello, no intentábamos nosotros definir cuáles eran esas
condiciones, sino incidir en la necesidad de llegar a un consenso
que pudiera ser reflejado en un documento común y que elevara la
opinión de individual a colectiva, puesto que entendemos que existe
un amplio acuerdo que hasta ahora no ha llegado a concretarse.
En un tono irónico y a dos voces manifestamos lo siguiente:
-Nuestro objetivo es convencernos de la necesidad de establecer unas
condiciones mínimas para poder desempeñar nuestro trabajo.
-¡Narradores, narradoras, necesitamos unas condiciones mínimas para
desarrollar nuestro trabajo! ¿Por qué?
-Porque no está claro.
-Y si nosotros no lo tenemos claro cómo vamos a pretender que otros
lo tengan claro.
-Y si encima no nos ponemos de acuerdo y cada uno pide una cosa...
-Que si, toallas de algodón.
-Que si, ese foco que no me alumbre a los ojos.
-Que si...
-Pues pensarán que somos unos caprichosos.
-Por eso entre todos debemos dejar claras cuáles son las condiciones
indispensables.
-Porque al narrar no sólo estamos contando cuentos; también estamos
definiendo la narración.
-Y si damos a entender a la gente que nos contrata que todo vale,
acabarán convencidos de que vale todo, que los cuentos se pueden
contar en cualquier parte y bajo las condiciones más adversas.
-Un ejemplo: Si en un estadio de fútbol de un equipo pequeño que
milita en la categoría más modesta en un pueblo perdido, alguien
entra al terreno de juego, el árbitro hará parar el partido.
-Incluso en un estadio de treinta mil espectadores basta sólo uno de
ellos fuera de sitio, es decir, en el campo, para que el partido se
detenga.
-Y nadie se pondrá a decir que si el espontáneo estaba en un
rinconcito y no molestaba...
-...o que si fíjate que delicados los jugadores, que todo les
molesta, con lo grande que es el terreno de juego...
-Porque las reglas estás claras. Todos las conocen y las respetan...
-...como cuando vamos a contar cuentos, decimos en tono irónico.
-¿Dónde pongo el público?
-Ay, chico donde quieran.
-¿Cuántos traigo?
-Cuantos más mejor.
-La sesión es para adultos, pero, ¿qué hago con los críos?
-Pues nada, que pasen, que pasen.
-¿Desde dónde voy a contar los cuentos?
-Pues por ahí, tú busca un rinconcito. Estamos de reformas, ¿hace
falta que apague la hormigonera?
-No, hombre, que ambienta, ya hablo yo más fuerte.
-¡Que no, señores!
-Que no es que seamos unos pejigueras.
-Es que amamos nuestra profesión.
-Y el acto de contar es muy frágil.
-Y desconocido.
-Y es tarea nuestra darlo a conocer y cuidarlo.
-Porque la narración será lo que nosotros digamos que es.
-Porque que se cuenten cuentos no significa siempre que se haga
narración.
-Porque en la medida que nosotros lo definamos, nos alejaremos de
que en la narración valga cualquier cosa.
-Porque cualquier cosa no es narración.
-Y la narración no es cualquier cosa.
Fdo: Grupo Albo
(Félix Albo y Pablo Albo)
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