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Cuentos contados. Félix Calatayud, Pablo Pérez.
Ilustraciones: Pablo Auladell.
Editorial Ñaque, 2002.
AGOTADO
 

 

 

 

 

 

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 Romeo, mi caballo. Mi mayor ilusión desde antes de la guerra era tener un caballo, un caballo de cartón. Un caballo con el que trotar y saltar. Un caballo para volar por la sierra, por el prado. Mi caballo. Se lo pedí a los Reyes reiteradamente desde el mes de septiembre.. Mi padre, silencioso, me sentenciaba con su mirada. A mí y a mi caballo

Los adulterios. A pesar de lo que pudiera parecer, tienen ante ustedes a un gran amante, no tanto por la magia de mis noches (aunque también), como el gran número de mujeres que han caído entre mis brazos... Fue por esto que llegué a conocer la existencia de los adulterios...

El antifaz de tu sonrisa. A veces, los salvaslips las amordazan, se interponen, las separan de su esencia. A veces asoman traviesas por la rivera de un pantalón Orquesta hacen burlas al viento para que les levante la falda. Lo único que quieren es saludar a un mundo al que ven poco. Yo las saludo también, siempre que las veo, y les sonrío. Sí, soy todo un caballero:
   -¡Buenos días! ¿Hace húmedo hoy?

Mangas Verdes. Un Pérez, al levantarse por la mañana, tropieza con algo y se descubre con alegría una bonita erección matinal...

Malos Humos. De los datos que conocía , el que más le preocupaba en ese momento era que de cada cinco personas que fuman, tres mueren a causa del tabaco. Le preocupaba especialmente porque estaba en la sala de espera del dentista, junto a cuatro personas más. Las cinco estaban fumando un cigarrillo tras otro y él no paraba de pensar qué dos de esas cinco se salvarían

El tonto. Mentiría si dijera que no me acuerdo. Se llamaba Juanjo. En todos los pueblos hay un tonto y en el suyo le había tocado a él.

Como un árbol seco. Aún sin la necesidad de conocernos, puedo imaginarlo. Puede que en vuestro jardín tengáis miles de flores. Puede que tengáis una fuente, pero eso es lo normal. Existen personas que en su jardín guardan un árbol seco...

El mito. Sus padres se conocieron el día anterior, en una cena de negocios, decidieron pasar juntos aquel día. Mientras sus respectivas madres se saludaban cortésmente, Luís le levantaba la falda a Inés. Así fue su primer encuentro a los cuatro años....

Carpe Diem. Me llamo Mateo Navarro y soy un poco rarito. Percibo las sensaciones cinco horas después de que hayan llegado a mi cuerpo...

Nuestra primera vez. Lo recuerdo como si fuera hoy. Fue en nuestro viaje a Turballos. Era un sábado caluroso. Íbamos en mi coche, por aquella carretera local casi desierta. Nos dimos cuenta de que había llegado el momento...

Sillas. De personas y funcionarios. Se encontraba en el Cuartel General de Hacienda, esperando su turno para entregar la declaración de la Renta de las Personas Físicas (aunque nunca estuvo muy seguro de ser una de ellas). Cuando alzó la vista supo que aquellos ojos negros sólo podían pertenecer a alguna clase de ser maravilloso.

El preso. Está en la puerta de Birkenau, el segundo de los campos de exterminio del grupo de Auschwitz... Al situarse sobre la rampa de selección le viene a la memoria el momento de llegada al campo. Era de noche y hacía frío...

Historia de amor escrita en un post-it. Todos tenemos nuestras pequeñas manías. A mí, una de las cosas que más me molesta es que se me seque una pluma...

y once cuentos cortos

 

 

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