La rata cambiada en niña. Versión del
Calila e Dimna.
Dijo el búho: "Dicen que un buen homne religioso
cuya voz oía Dios, estaba un día ribera de un río, e pasó por y un
milano, et levaba una rata, e cayósele delante de aquel religioso. E
hubo piedat della, et tomóla e envolvióla en una foja, e quiso la
levar para su casa. Et temióse quel sería fuerte de criar, e rogó a
Dios que la tornase niña. E fizo la Dios niña fermosa e muy apuesta;
e levóla para su casa, e crióla muy bien, e non le dijo nada de su
facienda como fuera. E ella non dubdaba que era su fija. Et desque
llegó a doce años díjol el religioso: "Fijuela, tú eres ya de edad,
et non puedes estar sin marido que te mantenga e te gobierne, e que
me desembargue de ti, por que me torne a orar como ante facía sin
ningund embargo. Pues escoge agora cuál marido quisieres, e casar te
he con él". Dijo ella: "Quiero un tal marido que por ventura non
haya par en valentía e en esfuerzo e en poder". Díjole el religioso:
"Non sé en el mundo otro tal como el sol, que es muy noble e muy
poderoso, alto más que todas las cosas del mundo; e quiérole rogar e
pedir le por merced que se case contigo".
"E fízolo así, e bañóse et fizo su oración. Desí oró e dijo: "Tú,
sol, que fueste criado por provecho e por merced de todas las
gentes, ruégote que te cases con mi fija, que me rogó que la casase
con el más fuerte e con el más noble del mundo". Díjole el sol: "Ya
oí lo que dejiste, homne bueno, et yo só tenudo de te non enviar sin
respuesta de tu ruego, por la honra e por el amor que has con Dios
et por la mejoría que has entre los homnes; mas enseñar te he el
ángel que es más fuerte que yo". Díjole el religioso: "¿E cuál es?"
Díjol: "Es el ángel que trae las nubes, el cual con su fuerza cubre
mi fuerza e non me la deja extender por la tierra". Tornóse el
religioso al lugar do son las nubes de la mar, e llamó a las nubes,
bien así como llamó al sol, e díjoles bien así como dijo al sol. E
dijeron las nubes: "Ya entendimos lo que dejiste, e tenemos que es
así, que nos dio Dios fuerza más que a otras cosas muchas; mas guiar
te hemos a otra cosa que es más fuerte que nos". Dijo el religioso:
"¿Quién es?" Dijeron le: "Es el viento que nos lieva a do quiere, e
nos non podemos defender dél".
"Et fuese para el viento, e llamó lo así como a los otros, e díjole
la mesma razón. Díjole el viento: "Así es como tú dices, mas guiar
te he a otro que es más fuerte que yo, e que puné en ser su egual e
non lo pude ser". Díjole el religioso: "¿E quién es?" Díjole: "Es el
monte que está cerca de ti". Et fuese el religioso para el monte, e
díjole como dijo a los otros. Díjole el monte: "Atal só yo como tú
dices, mas guiar te he a otro que es más fuerte que yo, que con su
grand fuerza non puedo haber derecho con él, e non me puedo defender
dél, que me face cuanto daño puede". Díjole el religioso: "¿E quién
es ése?" Díjole: "Es un mur, ca éste me face cuanto daño quiere, que
me forada de todas partes". Et fuese el religioso al mur, e llamólo
así como a los otros, e díjole el mur: "Atal só yo como tú dices en
poder e en fuerza; mas ¿cómo se podrá guisar que yo casase con muger
seyendo mur e morando yo en covezuela e en forado?" Dijo el
religioso a la moza: "¿Quieres ser muger del mur, que ya sabes cómo
fablé con todas las otras cosas, e non fallé más fuerte quél, e
todas me guiaron a él? ¿Quieres que ruegue a Dios que te torne en
rata e que te case con él? E morarás con él en su cueva, et yo
requerir te he e visitar te he, e non te dejaré del todo". Díjol
ella: "Padre, yo non dubdo en vuestro consejo. Pues vos lo tenedes
por bien, facer lo he". Et rogó a Dios que la tornase en rata, e fue
así, et casóse con el mur, e entró se con él en su cueva, e tornóse
a su raíz e a su natura. Et tú, traidor, falso, mintroso, atal
serás, ca tornarás a tu raíz e a tu natura".
Extraído de
Cidad Seva
El ratón cambiado en niña.
Versión del Hitopadesa.
Un brahmán se paseaba en cierta
ocasión por los alrededores de una fuente, y vio caer, inmediato a
sus pies, un ratón desprendido del pico de un cuervo. Lo cogió y lo
llevó a su casa; después suplicó a los dioses que lo transformaran
en una niña, gracia que le fue concedida. Algunos años después,
viendo que la niña había llegado a la edad apropiada para casarla,
dijo a la joven: "Elige de toda la Naturaleza el ser que más te
guste; prometo casarte con él." -Quiero —dijo la joven— un marido
que sea tan fuerte que nunca pueda ser vencido. "Es el Sol,
entonces, lo que quieres" -dijo el brahmán.
Y al día siguiente, dijo al Sol: "Mi hija desea un esposo que sea
invencible; ¿querríais casaros con ella?" Pero el Sol le respondió:
"La nube destruye mi fuerza; dirigíos a ella".
El brahmán hizo la misma pregunta a la nube. "El viento —dijo ésta—,
me hace ir adonde mejor le parece."
El anciano no se desanimó y rogó al viento que se casara con su
hija; pero como el viento le hizo saber que su fuerza era detenida
por la montaña; se dirigió a la montaña: "El ratón es más fuerte que
yo, puesto que me agujerea por todas partes y penetra en mis
entrañas".
El anciano fue, pues, en busca del ratón que consintió en casarse
con su hija, diciendo que hacía tiempo buscaba mujer.
El brahmán, cuando entró en su casa, preguntó a su hija si quería
casarse con el ratón y ella aceptó, puesto que el ratón vencía a la
montaña, la cual detenía al viento, dueño de la nube que oculta al
sol. El buen hombre se dijo entonces: "Para llegar a este fin, ¿qué
falta hacía haber cambiado al ratón en niña?" Y rogó al dios que la
joven volviera a su primitivo estado de ratón, gracia que obtuvo.
Extraído de la
Biblioteca Digital ILCE
Más cercana a la que yo escuché es esta
versión para teatro de títeres según el relato de Ermilo Abreu Gómez:
La boda de la ratita.
Entran a escena las dos ratonas chismosas.
Ratona chismosa I
secreteando
Me he enterado de que la hija de don Ratón y doña
Ratona esta guapísirna.
Ratona chismosa II
¡Es la ratita más linda del mundo! ¡Y nomás viera cuántos
pretendientes tiene!
Ratona chismosa I
Como estoy casi ciega no los he podido ver, pero dicen por ahí que a
los papás ningún pretendiente les parece bien.
Las dos ratonas chismosas salen de escena
secretándose. Entran don Ratón y doña Ratona.
Doña Ratona
suspira
¿Con quién casaremos a nuestra hija? Todos los pretendientes juntos
no hacen uno que valga.
Don Ratón triste
Así es. Ya viste: a uno le sobra cola, al otro, bigotes, a aquél le
faltan dientes. ¡No es posible! ¡No es posible casarla en esas
condiciones!
Doña Ratona
entusiasta
Tenemos que casarla con el más grande del mundo.
Don Ratón
pensativo
Pues el más grande es el Sol.
Por la parte de atrás de la casa va subiendo un
gran sol recortado en cartón. Don Ratón y doña Ratona se encaraman
en el tejado.
Don Ratón muy
amable
¡Señor Sol! ¡Te estábamos esperando! Has de saber que tenemos una
hija muy linda.
Doña Ratona
orgullosa
Es la ratita más linda del mundo y tú eres lo más grande, la
mereces.
Don Ratón y Doña Ratona
hablan al mismo tiempo
¡Queremos que te cases con ella!
Sol modesto
Yo no soy lo más grande. Lo más grande es el nubarrón que me cubre.
Aparece un nubarrón recortado en cartón y tapa
al sol que desaparece.
Don Ratón
Oye, Nubarrón, muchas veces te hemos visto llorar. ¿Lloras porque te
sientes muy solo?
Nubarrón
No, ratoncito. Lloro para que las plantas puedan crecer y todo esté
verde y florido sobre la tierra.
Doña Ratona
entusiasmada
Eres grande y mereces casarte con nuestra hija.
Don Ratón
entusiasmado
Que es la ratoncita más linda del mundo.
Nubarrón modesto
No. Yo no soy el más grande. Más grande es el viento que me empuja.
(Se oye el silbido del viento) ¡Escuchen! ¡Ahí viene!... ¡Ay!
¡Que me arrastra!
El viento entra silbando. Nubarrón desaparece.
El viento da vueltas por toda la escena y los ratones bajan del
tejado. Tratan de seguirlo.
Don Ratón y Doña Ratona
¡Señor Viento! ¡Señor Viento! ¡Detente un momento! ¡Queremos decirte
algo muy importante!
El viento deja de soplar y se detiene
Viento impaciente
¿Qué es lo que quieren? ¡Tengo mucha prisa!
Don Ratón nervioso
¿Te gustaría casarte con nuestra hija? ¡Es la ratita más linda del
mundo!
Doña Ratona
Tú eres lo más grande. La mereces.
Viento modesto
¿Yo? Yo no soy lo más grande. Lo más grande es el muro que me
detiene.
El viento se va silbando. Intenta derribar el
muro. No lo logra. Regresa y sale de escena. Don Ratón y doña Ratona
han quedado tirados por la fuerza del viento.
Don Ratón
levantándose
Tendremos que ir en busca del muro.
Doña Ratona
¡Tendremos!
Don Ratón admirado
¿Viste? El Viento no pudo con él.
Don Ratón y doña Ratona se acercan al muro
Don Ratón
¡Señor Muro!... ¡Señor Muro!
Doña Ratona
No te oye. Está muy viejo y es medio sordo.
Don Ratón y Doña Ratona
a la vez
¡Señor Muro!... ¡Señor Muro!
Muro sordo
¿Qué?... ¿Qué?... ¿Quién me llama?
Don Ratón gritando
Nosotros. ¿Te gustaría casarte con la ratita más linda del mundo?
Muro sordo
¿Que me hundo? Sí, estoy muy viejo.
Doña Ratona
gritando
¡No! ¡No! ¡Que si te quieres casar con nuestra hija!
Muro extrañado
¡Ah, sí! ¿Yo? ¿Y por qué?
Don Ratón gritando
Porque eres lo más grande.
Muro burlón
¿Yo lo más grande?¡Ja! ¡Ja! ¡Ja! Si estoy lleno de agujeros. Más
grande que yo es el ratón que los hizo.
Don Ratón y doña Ratona se miran y se agachan
un poco avergonzados. El ratoncito joven se asoma por detrás del
muro.
Ratoncito Sale
completamente y hace una reverencia
Ustedes son los felices papás de la ratoncita más linda del mundo.
Les ruego que me concedan su mano. La verdad es que ya nos queremos
muchísimo
Don Ratón todavía
dudoso
Bueno.., bueno...pero, ¿dónde piensan vivir?
Ratoncito decidido
En este viejo muro. He estado haciendo una casa con muchísimas
recámaras. Tiene sala, comedor, cocina... ¡todas las comodidades!
Doña Ratona alegre
Sí, sí. Te casarás con nuestra hija porque eres el más grande del
mundo.
Don Ratón
convencido
Más grande que el muro, que el viento, que el nubarrón y que el sol.
El ratón y la ratoncita se abrazan y se besan.
Entran las ratonas chismosas.
Ratonas chismosas
al mismo tiempo
¡Qué vivan los novios! ¡Qué vivan los novios!
Todos bailan y cantan el siguiente versito:
La ratita más bonita
se casó con un ratón
que con ser tan chiquitito
ha vencido al murallón.
Telón
Extraído de:
Victor Gómez.org
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